El creador del iPhone original desvela los orígenes del proyecto

El creador del iPhone original desvela los orígenes del proyecto

Escrito por: Carlos Villar    26 marzo 2014     2 minutos

A estas alturas nadie duda, creo yo, del hito en la historia de la electrónica de consumo que supuso la aparición del iPhone de Apple. Un dispositivo que revolucionó por completo la industria de la telefonía móvil y que fue pieza fundamental para encumbrar a la compañía de la manzana a las cotas de las que hoy disfruta.

El ingeniero de software Greg Christie fue el responsable del desarrollo de aquel primer iPhone y en una entrevista concedida a the Wall Street Journal, ha revelado datos más que interesantes sobre aquel proyecto que seguramente muchos de vosotros aún no sabíais.

Por ejemplo, Christie cuenta que en un momento en que él y su equipo se encontraban en una fase de dificultades con el software del dispositivo, el mismísimo Steve Jobs les amenazó con quitarles el proyecto y pasárselo a otro equipo si no las solucionaban antes de que pasaran dos semanas.

Christie explica que se unió al proyecto, que por aquel entonces era secreto y se denominaba de manera interna como Proyecto Púrpura, por invitación directa de Scott Forstall y tanto él como su increiblemente pequeño equipo fueron capaces de idear funciones tales como la opción de deslizar para desbloquear la pantala o realizar llamadas directamente desde la agenda personal del teléfono.

Todo el equipo se pasaron horas puliendo hasta el más mínimo detalle del teléfono> para tener contento al CEO de la compañía, que les instaba constantemente a ofrecer ideas nuevas y brillantes para hacer del iPhone un dispositivo todavía más importante de lo que el Mac original lo fue en su momento.

Y vaya si lo lograron.

La entrevista con Greg Christie surgió principalmente para conocer la posición de Apple respecto al juicio de patentes contra Samsung que está a punto de comenzar y en la que los de Cupertino acusan a la compañía coreana de infringir una serie de patentes y diseños propios, reclamando una indemnización que superaría los 890 millones de dólares (645 millones de Euros).