Demanda, que algo queda…

Hace unos meses, aparecía la noticia de un listillo (y además, de aquí) que demandaba a Apple por utilizar el término iWeb que, según él, había registrado con anterioridad y exigía que la marca de la manzana, no la utilizara en nuestro país.

Uno comparaba ambos productos y se parecían tanto como un pez a una bicicleta, pero el tipo logró su momento de gloria a partir de la cada vez más utilizada tarea de demandar a todo lo que se te ocurra que pueda ser demandable, a ver si te caen unas perrillas por la cara, como a los protagonistas de Nueve Reinas.

Pues hete aquí que nos despertamos con otra demanda.

Esta vez resulta que un tal David Bitton, a la sazón estudiante de derecho canadiense, ha demandado a Apple por publicidad engañosa, ya que anuncia capacidades inexactas para sus iPods. Viene a decir que aunque vende iPods de 4 y 8 Gigas, su capacidad real una vez formateados e instalado el sistema, es menor (8GB viene a derivar en unos 7,43GB). Tan estafado se siente el bueno de David, que pide el 7,5% del dinero desembolsado, más unos $75 en concepto de daños y perjuicios.

No pide cantidades millonarias, porque no quiere enriquecerse, si no, como quien dice, regañar a Apple y hacerle replantearse su política de publicidad.

Aparte de que la demanda no fructificará (Apple deja bien claro la capacidad real de sus reproductores) y de lo absurdo de pedir para Reyes el iPod de 7,43GB, pues como práctica/tesis de derecho, pues no está mal, de cara al currículum del amigo Bitton; pero estos ejercicios de picaresca desmerecen auténticos hechos mucho más conocidos y sangrantes contra los que no veo levantarse a ningún cantamañanas como este o los de Greenpeace y su patinazo con el asunto iPhone.

Industria #ipod