Hoy se cumplen diez años de la llegada de los emoji al iPhone

Hoy se cumplen diez años de la llegada de los emoji al iPhone

Escrito por: Carlos Villar    22 noviembre 2018     2 minutos

Hoy, 21 de Noviembre de 2018, se cumple el décimo aniversario de la llegada de los emojis al iPhone.

Tal día como hoy, un 21 de Noviembre, pero de 2008, Japón estrenaba una versión de iPhone OS 2.2 (por aquel entonces aún no existía iOS) que incluía por primera vez en el smartphone de Apple un teclado con caracteres emoji.

En teoría, la intención de Cupertino era la de restringir el teclado a Japón, pero enseguida aparecieron apps que desbloqueaban este teclado para otros países, convirtiéndose de paso en la primera vez que una app de un desarrollador distinto a Apple estaba disponible para el iPhone desde la aparición de la App Store primigenia.

Era la época del iPhone 3G y el soporte para emoji adoptada el estándar Unicode y se basaba en los iconos que utilizaba la operadora nipona SoftBank, creando una influencia que ha hecho que estos caracteres sean ya universales y estén presentes en todos los sistemas operativos y en multitud de dispositivos de todos los países.

Desde entonces, el uso de los emojis se ha convertido en todo un fenómeno cultural a día de hoy y Apple ha tenido mucho que ver. Con iOS 4, los emojis se empezaron a expandir, pero hubo que esperar a 2011 y a iOS 5 para que el teclado fuera por fin accesible a todo el mundo desde, valga la redundancia, la tecla del mundo.

Un año después, iOS 6, se estrenaban nada más y nada menos que 376 nuevos emojis dejando el tema bastante estancado hasta 2015, donde iOS 8.3 traía ya el teclado por defecto sin necesidad de, como sucedía hasta entonces, tener que seleccionarlo de manera manual desde los ajustes del iPhone.

Hoy, aquellos 471 emojis que vieron la luz en 2008, se han convertido ya en 2.776 e incluyen ya no solo nuevos caracteres, si no que podemos escoger entre distintos géneros o tonos de piel y se han vuelto tan, tan populares que tienen su propia Emojipedia y casi podrían formar un idioma por si mismos.


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