Hace un par de semanas ya os hablamos de los planes de Apple para convertir el Apple TV en un hub que nos permita controlar mediante HomeKit todos los dispositivos inteligentes de nuestra casa. Permitiéndonos así, por ejemplo, encender o apagar las luces, subir las persianas o bajar la temperatura del termostato.
Una de las cosas que más me gustan de Apple es su política de no presentar o anunciar una nueva característica hasta que esta no tiene un uso real claro. Ahí tenéis por ejemplo el caso de Apple Pay, al contrario que otros fabricantes Apple no ha incluido NFC en el iPhone únicamente para ofrecer NFC, aunque no se sepa muy bien para qué sirve. Apple en realidad no promociona que su nuevo iPhone 6 tenga NFC, de hecho muchos usuarios puede que nunca lleguen a enterarse. Apple ofrece Apple Pay, un servicio de pagos que a riesgo de equivocarme creo que va a ser revolucionario, y para ello se vale del NFC.
Mientras me maravillaba con la Keynote inaugural de ayer, con todas esas cosas que iOS 8 y, sobre todo, OS X 10.10 iban a ser capaces de hacer, no podía apartar de mi cabeza una molesta vocecilla que se preguntaba si mis actuales dispositivos iban a ser capaces de soportar los próximos Sistemas Operativos, ya que ninguno de ellos pertenecen precisamente a las últimas generaciones.
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