En la pasada semana asistimos al habitual torrente de actualizaciones de los diferentes sistemas operativos de todas las plataformas de Apple. Una costumbre cada vez más habitual en la compañía de la manzana y que siempre resulta positiva para los usuarios, aunque a veces tardemos en darnos cuenta de por qué.
Antes de que el iPhone (y no digamos ya el iPad) existieran y ni tan siquiera llegasen a la categoría de proyecto, el Mac lo era todo para Apple. Su lucha contra la entonces omnipresente plataforma PC era algo legendario y fue la puerta por la que muchos nos introdujimos para siempre en esa madriguera sin fondo de Alicia que es el mundo de la manzana.
Si de algo ha presumido Apple desde que yo tengo conocimiento es de su seguridad. La seguridad de sus servicios y, sobre todo, la seguridad de su Software, especialmente de sus Sistemas Operativos. De hecho siempre ha sido el caballo de batalla frente a sus rivales, sobre todo Windows. Tanto es así que muchos nos decantamos por la marca de la manzana para sentirnos a salvo de virus y otras amenazas.
La música en streaming es actualmente el modelo de negocio a seguir, como en su momento fue la distribución física y posteriormente la digital. Son varias las plataformas que aspirar a repartirse este jugoso pastel y aunque ahora Spotify parece coronarse como el líder en el sector, estaría bien que no se durmiese en los laureles, porque el resto de los competidores juegan todas sus bazas posibles para arrebatarle ese trono.
Aunque he de reconocer que todavía no acabo de verle la utilidad, al menos al nivel de ser algo noticiable, vaya, de los nuevos AirTag (sobre todo conociendo sus limitaciones en lo que sí me parecería útil), también tengo que reconocer por otra parte que pueden acabar siendo unos dispositivos muy interesantes conforme vaya pasando el tiempo y los desarrolladores ayuden a expandir el ecosistema, como sucedió con el iPhone.
Seguro que lo habéis pensado, ¿verdad? Cuando los AirTag vieron por fin la luz y conocimos cómo funcionaban y para qué servían, más de uno habrá visto en la etiqueta una manera perfecta de localizar nuestro equipaje cuando aterricemos en el aeropuerto y vayamos a la cinta transportadora a recogerlo.
Lo, reconozco, con los AirTag me equivoqué. No es que no los viese venir, como me ocurrió por ejemplo con la idea del nuevo iPad Pro con procesador M1, pero me pilló por sorpresa que se hicieran realidad tan pronto. Incluso, para qué negarlo, que se hicieran realidad. (y punto) No daba un duro por ellos, que se dice vulgarmente y ya predije que probablemente me acabaría comiendo mi "predicción" con patatas.
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